Faro Cabo Espíritu Santo: el comienzo.

Es inicio de junio del año pasado (2024) y en la prensa comienza a aparecer la noticia de que Argentina ha instalado paneles solares para su faro en una porción de territorio correspondiente a Chile en la isla grande de Tierra del Fuego. A pesar de que es poca la superficie involucrada, el tema escala rápidamente. Hubo dimes y diretes de los gobiernos de ambos países, y, finalmente, Argentina indica que los paneles serán retirados. Todo esto pasó en el Hito 1 del lado Chileno de Tierra del Fuego, en el Cabo Espíritu Santo, donde la Armada de Chile administra uno de los tantos faros existentes en el Estrecho de Magallanes. Aún así, con todo lo que leo noticias, no supe de este lugar hasta estar en Cerro Sombrero mismo, conversando con el cocinero de la Hostería Tunkelen, quien nos recomendó visitarlo. Fuimos, lo conocimos y aprendimos; y es más, fue uno de los puntos altos de nuestro viaje.

El Cabo Espíritu Santo es un lugar de suma relevancia geográfica y para la soberanía del país. Se puede decir que, desde Oriente a Poniente, es en este punto donde termina el Atlántico y comienza el Estrecho de Magallanes, y también que, es entre este lugar, y punta Dungeness, en el continente, donde se traza la línea imaginaria que define la soberanía marítima de Chile sobre el Estrecho. Además, acá se ubica el hito fronterizo número 1 de Tierra del Fuego, y es el mismo lugar donde, tanto Argentina como Chile, tienen un faro cada uno, a cada lado del límite fronterizo. Y, adicional a todo lo anterior, nos dijeron que los faros están ubicados sobre preciosos acantilados, al más puro estilo del Reino Unido. ¿Qué otra opción quedaba? Había que ir.

La pampa iluminada

Tranquilamente después del desayuno en la Hostería Tunkelen de Cerro Sombrero, alistamos nuestras cosas, y salimos a eso de las 10:30 de la mañana rumbo al Cabo Espíritu Santo. Sólo los 3 primeros kilómetros de un total de 67 son pavimentados, sin embargo, los 64 restantes son de ripio en bastante buen estado. Se debe salir desde Cerro Sombrero por la ruta 257, y al poco andar, tomar la bifurcación hacia la derecha que lleva al Paso San Francisco y a Cullén (Argentina) por la ruta Y-79 durante unos 35 kilómetros. El paisaje es principalmente pampa, sin embargo, las interminables planicies y suaves lomas son de una belleza extraña, que resalta aún más cuando pega de entre las nubes la luz cálida y extrema tan característica de la Patagonia. Nuevamente, al cabo de los 35 kilómetros, se debe tomar otro desvío, esta vez hacia la izquierda, para internarse por la ruta Y-685 por otros casi 29 kilómetros. A pesar de que en este último tramo aparecen algunas bifurcaciones, existen carteles no oficiales bastante claros que indican cuál camino tomar para llegar al faro.

Alrededor de una hora y media después de salir de la hostería, llegamos al cartel que nos indicaba que estábamos entrando en un recinto militar, donde está ubicado el Faro Cabo Espíritu Santo. El lugar es tranquilo, y no nos topamos con demasiada gente en el camino, todos relacionados con faenas de extracción de hidrocarburos, actividad tan típica del norte de la isla. Salió a recibirnos personal de la Armada, destinado, durante al menos dos años, al resguardo del faro, y quien vive allí con su familia de forma permanente durante este lapso de tiempo.

Luego del debido registro en el libro de visita, el encargado del faro nos comenzó a contar de forma muy sencilla la historia del lugar, y también sobre de las implicancias políticas y diplomáticas de aquel sector. Lo primero, el morbo respecto al tema de los paneles solares: nos indicó cómo había sucedido todo el asunto, y como el tema traía implicancias limítrofes complejas.

Faro Cabo Espíritu Santo

Cuento corto: En el tratado limítrofe de 1881, Chile y Argentina acordaron la cesión de parte de la Patagonia de Chile hacia Argentina como una forma de aliviar tensiones, y evitar una guerra contra tres países que hubiese sido inmanejable. Sin embargo, uno de los puntos importantes de este tratado, es que Chile sigue teniendo la administración exclusiva del Estrecho de Magallanes, esto mediante la definición de una línea imaginaria en la boca del Estrecho, que se extiende entre el Faro Cabo Espíritu Santo en la Isla de Tierra del Fuego, y el Faro Punta Dungeness en el continente. Los paneles solares instalados en la zona en discusión venían a modificar la línea de proyección que define la soberanía sobre el Estrecho. Más allá de juzgar la intencionalidad o no intencionalidad del hecho, no deja de tener implicancias complejas.

También se nos explicó el funcionamiento de la red naviera comercial de la Región de Magallanes, y la relevancia de los muchos faros que guían la navegación en los canales australes. Qué tipo de características es la que hace que un faro sea habitado o no, y cómo funciona el cruce del Estrecho. Para uno que vive con un sesgo centralista, donde todo funciona y resulta sencillo, este tipo de conversaciones, y aprender cómo se las arreglan las regiones extremas en los temas prácticos y cotidianos, resulta una forma de abrir los ojos a las realidades existentes fuera de Santiago. Dicho esto y todo lo anterior, recomiendo 100% conversar con el personal a cargo del faro, y hacerle todas las preguntas que estimen, para conocer aspectos desconocidos del día a día de la zona para muchos de nosotros.

Además de la interesante charla, el paisaje es de lujo. Ambos faros están ubicados en una meseta alta que termina en impresionantes acantilados que caen directamente al mar, en una playa extensa y oscura, al más puro estilo de los acantilados de las películas en el Reino Unido. Además, este es uno de los pocos puntos de Chile desde donde se tiene plena vista del Océano Atlántico, y de las muchas plataformas petroleras que se encuentran ubicadas en la boca del Estrecho. Extraño y fascinante paisaje, absolutamente imperdible para el viajero ocasional de estas tierras.

Acantilados del Cabo Espíritu Santo desde el aire

Aunque preguntamos, al parecer no existe una bajada próxima hacia la playa que logre franquear los acantilados, por lo que, después de aproximadamente una hora de conversa y fotos, pensamos que sería un buen momento para volver a Cerro Sombrero.

El viaje de retorno es exactamente por el mismo camino de la ida, y más allá de algunos camiones imprudentes transitando a exceso de velocidad por caminos de ripio, no tuvimos mayores sobresaltos.

Cernícalo en el trayecto de retorno

Una de las prácticas que he adquirido ya desde hace algún tiempo cada vez que viajo a algún rincón de Chile, es hablar con la gente del lugar; con quien sea. Resulta que, la gran mayoría de las veces, uno sale con, al menos, una conversación interesante, y en muchos casos, con recomendaciones de lugares para visitar que no están en las publicaciones de Instagram o en las superficiales guías para el turista que tanto abundan por internet. Sin haberlo siquiera planeado conocimos el Faro Cabo Espíritu Santo, y terminamos enterándonos de cómo funcionan muchas cosas: la soberanía siempre compleja en Magallanes, la logística naviera y la red de faros del Estrecho. Necesario baño de realidad para quienes vemos la vida con los simplistas (y a veces hasta despectivos) ojos Santiaguinos, lo queramos o no.